martes, 6 de septiembre de 2011

Violencia familiar...¿Que hacer?



¿Qué es y por qué se da la violencia familiar?:Es: Toda conducta violenta que se da en el marco de una relación adulta en presencia de otros adultos, adolescentes, niñas o niños que habitualmente incluye la convivencia, aunque no en todos los casos. La conducta violenta es todo aquello que provoca daño físico o emocional en quien lo vive y se genera principalmente por las diferencias entre los géneros. Una relación de violencia familiar se puede dar en: Un noviazgo, en el matrimonio, en una unión libre y en cualquier relación afectiva. Hombres, mujeres, niñas, niños y adolescentes pueden ser maltratados por su pareja o familiares. Se da por: * Aceptación social de las formas de autoridad que asumen los hombres para controlar y mantener subordinadas a las mujeres. *Desconocimiento de los derechos humanos de las mujeres por parte de la sociedad. * Incumplimiento de la legislación.
¿Qué consecuencias tiene?: - El mal trato dentro de la familia genera en niñas, niños y adolescentes, trastornos de conducta escolar y dificultades en el aprendizaje, miedo al generador de violencia, depresión y abandono del hogar, entre otros. - Debilitamiento gradual de las defensas físicas y psicológicas en las personas que la sufren, lo que se traduce en deterioro de la salud física y emocional.
¿Cuáles son las formas más habituales?:
Abuso FisicoAbarca una escala de conductas que van desde un empujón o un pellizco hasta lesiones graves que llevan a la muerte de la mujer o los hijos.
Abuso Sexual:En este caso se obliga a la mujer a la realización de conductas sexuales no deseadas.
Abuso Ambiental y Social:Descalificar a la mujer y restarle autoridad frente a los hijos, criticar a su familia o a personas que ella quiere.
Abuso Emocional o Psicológico:Incluye conductas como criticar permanentemente su cuerpo o sus ideas, compararla con otras personas, cuestionar todo lo que hace y cómo lo hace.
Abuso Económico:Excluir a la mujer de la toma de decisiones financieras, controlar sus gastos.
Ciclo de la violencia familiar:
Primera fase: Acumulación de TensiónSe producen episodios que llevan a roces permanentes entre los miembros de la pareja, con incremento constante de ansiedad y hostilidad. Esta fase es sutil y se manifiesta como agresión psicológica: el agresor ridiculiza a su pareja, no presta atención a lo que ella dice.
Segunda fase: Episodio AgudoLa tensión acumulada da lugar a una explosión de violencia que puede variar en gravedad: desde un empujón hasta el homicidio. En esta fase aparece la violencia verbal, que refuerza la agresión psicológica: comienza a amenazarla con violencia física y se va creando un miedo constante.
Tercera fase: La "Luna de Miel"Se produce arrepentimiento en el hombre, a veces instantáneo, al ver el daño producido. Pide disculpas y promete que “nunca más volverá a ocurrir”.
Aspectos legales:La violencia familiar es el uso de la fuerza física o moral, que se ejerce en contra de un miembro de la familia por otro integrante de la misma, contra su integridad física, psíquica o ambas. La sanción que se impondrá al agresor puede ir de seis meses a cuatro años de prisión, independientemente de las sanciones que correspondan a las lesiones inferidas por cualquier otro delito.
¿Qué se hace en estos casos?:1. Acude inmediatamente a la Agencia del Ministerio Público más cercana y exige que se inicie una averiguación previa por Violencia Familiar, es tu derecho. 2. En ADIVAC te podemos apoyar en materia civil o penal, si tú o algún integrante de la familia sufrió un daño físico grave o algún delito sexual. 3. Pide apoyo al Sistema de Auxilio a Víctimas de la PGJDF o a cualquier red de las Unidades de Prevención y Atención a la Violencia Familiar UAPVIF, ellos te brindarán asesoría jurídica, psicológica y de trabajo social. 4. No olvides pedir una copia de tu denuncia y dar seguimiento al proceso civil o penal; pide asesoría.

Digamos No A La Violencia



INTRODUCCIÓN En estos últimos años se ha venido dando una serie de programas y leyes en defensa de los derechos del niño y la mujer. Sin embargo, ¿eso nos asegura el bienestar?, ¿acaso estos programas y leyes bastarán para cesar los maltratos físicos y psicológicos que se producen día a día contra ellos? Es necesaria una protección legal, pero es urgente que nuestra sociedad adquiera nuevos y mejores hábitos de crianza y convivencia. Aún en la posibilidad de parecer alarmista, es menester una reeducación en cuanto al trato familiar, el que lamentablemente para muchos está caracterizado por la violencia, el rechazo y la indiferencia. Para lograr el cambio de esta situación se requiere, en un inicio, el replanteamiento de los papeles del padre y la madre frente a los hijos, con el fin de que éstos últimos en el futuro respondan a las expectativas de sus progenitores. Debemos ir, entonces, en búsqueda de las causas que son la semilla de un ambiente familiar hostil y que, consecuentemente, producen una educación errónea en nuestros niños. I. LA VIOLENCIA. Cuando nos preguntamos qué entendemos por violencia la asociamos generalmente a la producida por la agresión física. Sin embargo, en nuestro país la violencia tiene diferentes manifestaciones, las cuales podríamos clasificar las expresiones de violencia en: 1.1 Violencia Doméstica. La violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los niños. 1.2 Violencia Cotidiana. Es la que venimos sufriendo diariamente y se caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas, no respeto de una cola, maltrato en el transporte público, la larga espera para ser atendido en los hospitales, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento humano, los problemas de seguridad ciudadana y accidentes. Todos aportamos y vamos siendo parte de una lucha cuyo escenario se convierte en una selva urbana. 1.3 Violencia Política. Es aquella que surge de los grupos organizados ya sea que estén en el poder o no. El estilo tradicional del ejercicio político, la indiferencia del ciudadano común ante los acontecimientos del país, la no participación en las decisiones, así como la existencia de las llamadas coimas como: manejo de algunas instituciones y las prácticas de Nepotismo institucional. También la violencia producida por la respuesta de los grupos alzados en armas. 1.4 Violencia Socio-económica. Que es reflejada en situaciones de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población: desempleo, subempleo, informalidad; todo esto básicamente reflejado en la falta o desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y la salud. 1.5 Violencia Cultural. La existencia de un Perú oficial y un Perú profundo (comunidades nativas y campesinas), son distorsiones de los valores de identidad nacional y facilitan estilos de vida poco saludables. 1.6 Violencia Delincuencial. Robo, estafa, narcotráfico, es decir, conductas que asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales. Toda forma de conducta individual u organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo. establecido no ayuda a resolver los problemas. Todos sueñan con el modelo que les vende la sociedad, el éxito fácil. Pero ser un profesional idóneo o un técnico calificado requiere de esfuerzo y preparación. Requiere desarrollar recursos internos y metas. Los jóvenes de nuestro país tienen oportunidades de orientación y canalización de sus frustraciones y en esto dependen de sus familias, la escuela y las instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las expresiones de violencia sin futuro y sin horizontes pueden cambiar. II. TIPOS DE MALTRATO. 2.1 Maltrato Físico. 1. Lesiones físicas graves: fracturas de huesos, hemorragias, lesiones internas, quemaduras, envenenamiento, hematomas subdurales, etc. 2. Lesiones físicas menores o sin lesiones: No requieren atención médica y no ponen en peligro la salud física del menor. 2.2 Maltrato Emocional. 1. Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres rechazan las expresiones espontáneas del niño, sus gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo incluyen en las actividades familiares. 2. Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo extremo o con un siniestro, creando en él una sensación de constante amenaza. 3. Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de los padres para con el niño. El padre está preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las conductas del niño. 4. Aislar al menor: Privar al niño de las oportunidades para establecer relaciones sociales. 5. Someter al niño a un medio donde prevalece la corrupción: Impedir la normal integración del niño, reforzando pautas de conductas antisociales. 2.3 Maltrato por Negligencia. Se priva al niño de los cuidados básicos, aún teniendo los medios económicos; se posterga o descuida la atención de la salud, educación, alimentación, protección, etc. III. MALTRATADORES. 3.1 ¿Quiénes son maltratadores? Son todas aquellas personas que cometen actos violentos hacia su pareja o hijos; también puede ser hacia otros en general. 3.2 ¿Por qué maltratan? Porque no saben querer, no saben comprender, no saben respetar. 3.3 ¿Qué características tienen los maltratadores? 1. Tienen baja autoestima. 2. No controlan sus impulsos. 3. Fueron víctimas de maltrato en su niñez. 4. No saben expresar afecto. 3.4 ¿Qué características tienen los maltratados? 1. Tienen baja autoestima. 2. Sumisos. 3. Conformistas. 4. Fueron víctimas de maltrato. 5. No expresan su afecto. 3.5 ¿Qué se debe hacer para no llegar al maltrato? Aprender a: - Comprenderse. - Comunicarse con calidez y afecto. - Respetarse. - Dominar sus impulsos (ira, cólera). IV. VIOLENCIA SEXUAL, UN ASUNTO DE DERECHOS HUMANOS. La violencia constituye un elemento cotidiano en la vida de miles de niños y niñas en el Perú, siendo la violación y el abuso sexual que se cometen contra este vulnerable sector de la población, una de sus manifestaciones más dramáticas y extremas. La violación y el abuso sexual afectan una pluralidad de derechos humanos fundamentales tales como la libertad sexual, la integridad corporal y mental, la salud integral, la vida en su dimensión más amplia, comprometiendo el futuro de las víctimas. Los derechos vulnerados con las agresiones sexuales han sido constitucionalizados a nivel mundial, como muestra de su trascendencia. No obstante que tales agresiones involucran un problema de derechos humanos, coexisten al respecto diversas percepciones sociales, muchas de las cuales lo asumen como de segundo orden, silenciándolo, desconsiderándolo políticamente y tolerándolo; de modo que la mayoría de violaciones se mantienen en la impunidad. Asimismo, los distintos sectores sociales en el Perú, al abordar el problema de los derechos humanos, no conceptualizan las agresiones sexuales como un problema que afecte profundamente tales derechos sino, más bien, como un asunto de naturaleza puramente sexual. Se diferencian así de la comunidad internacional, para lo cual la violencia contra la mujer es tema de la agenda pública y constituye un problema global que afecta los derechos humanos, y es un obstáculo para el desarrollo. Son múltiples los factores que contribuyen a producir y perpetuar la violencia, siendo fundamental, a nuestro juicio, la socialización, que forma individuos con roles diferenciados y asimétricos, y coloca a la vez en posiciones de subordinación a las mujeres y de dominación a los varones, adjudicándoles valores distintos. Al respecto, David Finkelhor sostiene que la victimización sexual probablemente es tan común en nuestras sociedades debido al grado de supremacía masculina existente. Es una manera en que los hombres, el grupo de calidad dominante, ejercen control sobre las mujeres. Para mantener este control, los hombres necesitan un vehículo por medio del cual la mujer pueda ser castigada, puesta en orden y socializada dentro de una categoría subordinada. La victimización sexual y su amenaza son útiles para mantener intimidada a la mujer. Inevitablemente, el proceso comienza en la infancia con la victimización de la niña. Factor importante que actúa en la reproducción social de este fenómeno es también el derecho legitimado que los padres y tutores tiene de utilizar la violencia física y emocional o sexual como medio eficaz de control y socialización. Se produce así una internalización y aprendizaje de estas conductas, las cuales se repetirán más adelante, garantizándose su permanencia. Otro elemento, no menos significativo, es la violencia ofensiva o sutilmente transmitida por los medios de comunicación, que difunden imágenes y mensajes cargados de sexo, discriminación y muerte, invadiendo y agobiando permanentemente a personas de todos los sectores sociales. 4.1 Dimensiones de la violencia sexual contra niños y niñas. Las características de las agresiones sexuales perpetradas contra los niños hacen prácticamente imposible aproximarnos siquiera a su verdadera magnitud. De otro lado, no existen investigaciones científicas oficiales que permitan un diagnóstico veraz; tampoco existen registros rigurosos, elaborados con criterios homogéneos que proporcionen información cuantitativa adecuada. Asimismo, los mitos y prejuicios sociales, los obstáculos que se presentan en la administración de justicia contra quienes deciden denunciar la legislación inapropiada que no recoge las distintas modalidades de agresión sexual, sin otros tantos factores que impiden acercarnos a una dimensión más realista de este fenómeno social. Los casos registrados, que corresponden sólo a algunos denunciados, significarían apenas la punta del iceberg, sobretodo en cuanto se refiere a violaciones, incestos y todo tipo de agresiones sexuales contra niñas y niños, ya que por investigaciones no oficiales sabemos que la mayoría de violaciones no se pone en conocimiento de las autoridades, formando parte en gran medida de la criminalidad oculta. Si bien es virtualmente imposible contar con cifras exactas, algunos estudios ofrecen una aproximación, la cual constituye una referencia alarmante. Prado Saldarriaga concluyó en una investigación: Que los delitos contra las buenas costumbres son un problema de importancia, ya que estas infracciones se mantienen en el tercer lugar de mayor frecuencia en el país. Que las violaciones en menores de edad constituyen el atentado de mayor registro en los últimos 20 años. Que la mayor incidencia de infracciones sexuales se registra en las zonas urbanas, principalmente en el departamento de Lima. Que los autores de este tipo de delitos presentan mayor constancia en el grupo etario de 18 a 27 años, y entre personas con educación básica regular. Que la criminalidad sexual sigue una tendencia ascendente en los últimos años en el Perú. 4.2 Consecuencias de la violación y el abuso sexual. En cuanto a las consecuencias, estudios realizados a nivel internacional concluyen que las agresiones sexuales perpetradas contra un niño impactan gravemente su mundo interno, destructivos en la vida de la niña o niño. Dichos estudios sostienen que estas agresiones producen en la víctima serios trastornos sexuales, depresiones profundas, problemas interpersonales y traumas que pueden ser permanentes e irreversibles, incluso en algunos casos pueden ocasionar la muerte por traumatismo o suicidio, efectos que requieren intervención profesional inmediata. Al respecto, el Dr. David Finkelhor, del Programa para el Estudio de la Violencia Familiar de la Universidad de New Hampshire, en una investigación realizada en 1980 con una muestra de 796 estudiantes de colegio, encontró problemas de sexualidad y bajos niveles de autoestima en aquellos participantes que habían sido victimizados sexualmente durante su niñez. El Dr. Nahman Greenberg, psiquiatra e investigador de la Escuela de Medicina de Illinois y Director de la Unidad de Servicios por Abuso a Niños (CAUSES), en su escrito "La epidemiología del abuso sexual" (1979) plantea la existencia de un alto riesgo de trauma mental para las niñas y los niños que han sido envueltos por adultos en actividades sexuales. En la práctica clínica con jóvenes y adultos (as) que han sido abusados sexualmente durante su niñez, se han encontrado: 1) Dosis internas de emociones, como desesperanza, minusvalía, vergüenza, culpa e ira, acompañadas de inhabilidad casi total para manejarlas. La víctima siente terror al identificarla y en algunos casos invierte dosis inmensas de energía en reprimirlas. En el caso de ira, si ésta se expresa, los varones tienden a dirigirla hacia fuera, siendo agresivos con otras personas, mientras que las mujeres tienden a dirigirla hacia ellas mismas, envolviéndose frecuentemente en comportamientos autodestructivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y realizando intentos de suicidio. 2) Una gran dificultad para confiar. La misma entorpece grandemente el proceso de terapia. 3) Poca habilidad para establecer relaciones con pares. 4) Desbalance en las relaciones que se establece, en las que tiende a ocupar una posición inferior. Es común que la mujer abusada sexualmente en su niñez se convierta en esposa maltratada. 5) Temor a convertirse en agresor o agresora. 6) Problemas en su sexualidad. 7) Neurosis crónica de origen traumático. V. VIOLENCIA FAMILIAR, MECANISMOS LEGALES DE PROTECCIÓN. La conveniencia de regular jurídicamente la violencia familiar se fundamenta en la necesidad de encontrar mecanismos para proteger los derechos fundamentales de los integrantes del grupo familiar frente a los cotidianos maltratos, insultos, humillaciones y agresiones sexuales que se producen en el ámbito de las relaciones familiares. Si bien es cierto que las manifestaciones de violencia familiar no se producen exclusivamente contra las mujeres, son éstas -a los largo de su ciclo vital- las afectadas con mayor frecuencia. De este modo, la casa constituye un espacio de alto riesgo para la integridad de mujeres y niños, derivándose de ahí precisamente la denominación de violencia doméstica o familiar. Resulta evidente, sin embargo, que el agente de la violencia no se limita siempre a dichos espacios; encontramos casos de agresiones en las calles, los centros de estudio y/o trabajo y en general los espacios frecuentados por las víctimas. De otro lado, para interferirnos a mecanismos legales de protección frente a la violencia intrafamiliar es importante precisar primero dos conceptos: (i) ¿cuáles son los componentes de todo aquello que calificamos como mecanismo legal o, de manera más amplia, el sistema jurídico?, y (ii) ¿a qué acudimos cuando hablamos de violencia intrafamiliar? El sistema jurídico tiene tres componentes básicos: El primero, la ley. Es la norma escrita, la que encontramos en los códigos y en las disposiciones legales. Es importante porque tiene carácter universal, es decir, de aplicación general para toda la sociedad desde el momento en que se encuentra vigente. Un ejemplo es el Código de los Niños y Adolescentes, que es precisamente el texto de la Ley, el componente central de lo que significaría un mecanismo legal de protección a niños y adolescentes. Un segundo componente es la institucionalidad. Es decir, todos aquellos operadores de la administración pública o privada que están involucrados en la aplicación de este componente normativo, de la ley escrita. Es un componente clave cuando hablamos de mecanismos legales de protección frente a la violencia familiar. Son las instituciones que nos ofrecen la sociedad y el Estado para hacer realidad aquello que disponen las normas legales. Un tercer componente es el relativo a lo cultural. Alude a la idiosincrasia, a la ideología que está detrás de los aplicadores de la norma. Pero no sólo de ellos, sino también de quienes la concibieron y de aquellas personas que, en determinado momento y frente a un hecho concreto, deciden acudir y solicitar su aplicación. Estos tres elementos son claves para entender todo lo que significa el problema de los mecanismos legales en una sociedad determinada. Hecha esta precisión, pasaremos a definir lo que entendemos por violencia familiar. La misma alude a cualquier acción, omisión o conducta mediante la cual se infiere un daño físico, sexual o psicológico a un integrante del grupo familiar -conviviente o no-, a través del engaño, la coacción, la fuerza física, la amenaza, el caso, entre otros. La mayoría de casos de violencia se producen donde existe una relación de poder, de jerarquía. Tanto en los casos de violencia sexual como familiar, podemos apreciar que existe una relación del fuerte contra el débil. Muy rara vez escucharemos hablar de la violencia del niño contra su padre. Por lo general, cuando los hijos expresan violencia contra sus padres se trata de padres mayores, muchas veces dependientes de sus hijos, y de hijos que los superan en fortaleza física. El elemento de poder puede estar relacionado a la ubicación en el contexto familiar: padres-hijos, tíos-sobrinos; o también por la edad: adultos-niños; o por relaciones de jerarquía: marido-mujer. Estos son, pues, elementos claves que debemos tener presentes al hablar de violencia intrafamiliar. 5.1 Manifestaciones más frecuentes de violencia intrafamiliar. 1. El maltrato físico. Su explicación es obvia; se refiere a todas aquellas acciones violentas que dañan la integridad física de las personas. Por lo general, es un maltrato visible. Puede afirmarse que fue el tipo de maltrato que propició todo este proceso de búsqueda de respuestas legales, por tratarse de la agresión más evidente. 2. El maltrato psicológico. Que se refiere a toda aquella palabra, gesto o hecho que tienen por objeto humillar, devaluar, avergonzar y/o dañar la dignidad de cualquier persona. Esta es una manifestación de violencia mucho más difícil de demostrar, sobretodo en los casos en que se produce en el interior de un grupo familiar. 3. La violencia sexual. Que es toda manifestación de abuso de poder en la esfera de la vida sexual de las personas, pudiendo ser calificada o no como delito. Decimos esto porque, actualmente, algunas manifestaciones de violencia sexual son ignoradas por nuestra legislación penal. Pueden ir desde imposiciones al nudismo hasta la penetración anal o vaginal. Estos últimos supuestos son considerados por nuestra ley como delitos de violación. 5.2 Contra la Violencia Familiar. A fines de 1993 se promulgó la Ley 26260 que establece la política de Estado y de la sociedad frente a la violencia familiar. Esta ley constituye un recurso complementario al Código de los Niños y Adolescentes porque reconoce como actos de violencia familiar los de maltrato físico y psicológico entre cónyuges, convivientes o personas que hayan procreado hijos en común, aunque no convivan, y de padres o tutores a menores de edad bajo su responsabilidad. Hasta ahora, la Ley 26260 ha sido difundida básicamente como una ley de protección a las mujeres frente a la violencia familiar. Sin embargo, sus alcances protegen a estos dos grupos humanos que mayoritariamente son afectados por estas manifestaciones de violencia: a las mujeres y a las niñas y niños. En este sentido, constituye un recurso que creemos puede ser utilizado y redimensionado para proteger a los niños y niñas frente al maltrato en la familia. Esta norma tiene como objetivo fundamental comprometer al Estado en la erradicación de la violencia familiar. Está destinada a prevenir y proteger a las personas que son víctimas de violencia en el ámbito de sus relaciones familiares. Su importancia radica en plantear medidas en diversos niveles, siendo la más urgentes de atención: 1. Las acciones educativo-preventivas: Tienen como objetivo fortalecer la formación escolar y extraescolar en la enseñanza de valores éticos y humanos, de relaciones humanas igualitarias para, precisamente, prevenir que se sigan reproduciendo las relaciones de jerarquía que ubican a unas personas en desventaja frente a otras, y que constituyen causa importante de la violencia en el interior de la familia. 2. Las acciones organizativas: La Ley 26260 se plantea entre sus objetivos promover la participación de la comunidad en la prevención y denuncia de maltratos producidos dentro de la familia. La idea es que la organización comunal pueda participar en el control y seguimiento de las medidas que los jueces adopten frente a casos de violencia familiar. 3. Instalación de servicios: Esta Ley ofrece la posibilidad de instalar servicios especializados. En ellos se ubican las delegaciones policiales para menores, las delegaciones para mujeres, e igualmente plantea reforzar las delegaciones policiales que existen con personal especializado para atender problemas de violencia familiar. Del mismo modo, plantea la necesidad de crear hogares temporales de refugio para víctimas de violencia a nivel de los gobiernos locales. Un aspecto importante que ofrece esta Ley, y que antes no había sido considerado en ninguna otra norma, es que se puedan diseñar programas de tratamiento a los agresores para evitar, precisamente, que el maltrato continúe y se multiplique. 4. Acciones de capacitación: Dirigidas a los agentes de las instituciones que constituyen uno de los componentes del sistema jurídico: policías, jueces y fiscales. 5. Acciones legales: Esta Ley ofrece mecanismos de carácter sumarísimo. Esto significa celeridad, inmediatez, es decir, un contacto directo de la autoridad con la víctima. Es un procedimiento, en principio, que no debería ser obstaculizado por ningún tipo de formalismos. Lamentablemente, la legislación se enfrenta en este aspecto con el componente cultural señalado originalmente. Porque nuestros jueces, en general, no han estado acostumbrados a aplicarse este tipo de legislación.

Violencia Familiar



La violencia intra familiar se identifica como un problema social de alto impacto en la comunidad siendo el riesgo individual, familiar y social Son innumerables las formas la violencia familiar. Puede pensarse en violencia hacia los mayores, entre cónyuges, hacia los niños, las mujeres, los hombres, los discapacitados, etc. Además siempre es difícil precisar un esquema típico familiar, debido a que la violencia puede ser física o psíquica, y ocurre en todas loas clases sociales, culturas y edades. la mayoría de las veces se trata de los adultos hacia una o varios individuos. En la práctica el maltrato tiende a "naturalizarse" es decir se torna cotidiano sobre todo a través de conductas violentas que no son sancionadas como tales. Muchas personas que maltratan son considerados (y se consideran a sí mismos) como de mayor poder hacia quienes son considerados ( se piensan a si mismos) como de menor poder. Cabe destacar que las personas que sufren estas situaciones suelen ocupar un lugar relativamente de mayor vulnerabilidad dentro del grupo familiar. En este sentido la violencia hacia los niños y las mujeres, estadísticamente reviste la mayor casuística, en cambio los hombres maltratados son solo el 2% de los casos de maltrato (por lo general hombres mayores y debilitados tanto físicamente como económicamente respecto a sus parejas mujeres). También cabe enumerar la violencia cruzada, cuando el maltrato pierde el carácter de aparente unidireccionalidad. Desde el punto de vista jurídico resulta dificultosa la comprobación. Cuando se trata de violencia física en su mayoría son lesiones leves, las cuales cuando dejan marcas desaparecen en no más de 15 días. Por lo general quienes padecen estas situaciones tienen reticencia a denunciar lo que ocurre. Los motivos de este recelo ocupan desde hace muchos años a investigadores y profesionales. Por un lado porque se mantiene una espera de un cambio espontáneo de quién agrede, por otro lado se aceptan las disculpas (típicas) de quién agrede, y se creen las promesas que no se lo volverá a hacer (otro rasgo característico), también influye el temor al prejuicio social, las convicciones ético – religiosas, la dependencia económica, el miedo a represalias, la falta de esperanzas en la eficiencia de los trámites jurídicos, etc. Pero quizás el punto más álgido del razonamiento sobre el maltrato se evidencia en el sostenimiento del vínculo violento. En este sentido entran en consideración tanto el aplastamiento psíquico, la baja autoestima, la educación violenta, como también una consideración al suponer una relación signada de vicios y sistemas psíquicos o relacionales, o un posible montaje estructural subjetivo que impide romper el tipo de relación, etc. Se debe considerar que la situación violenta no solo la padecen quienes sufren golpes o humillaciones, sino también quién propina esos mismos golpes y humillaciones. Intervienen al respecto los modelos de organización familiar, las creencias culturales, los estereotipos respecto a supuestos roles relacionales, y las maneras particulares de significar el maltrato. Es el estado el que debe velar por la protección de las personas involucradas, mediante acciones concretas tales como el dictado de leyes y demás normativas jurídicas, y la generación de espacios educativos, de contención e intervención comunitaria. Cabe destacarse que la represión por parte del estado al agresor no soluciona el problema, por lo que resulta esperable el fomento de una pronta asistencia psicológica hacia el, la, o los agresores que en muchos casos ejerce violencia sólo en la intimidad familiar y privada, ya que en otros ámbitos poseen un comportamiento cordial y afectuoso.
Mujeres MaltratadasAlgunos especialistas prefieren referirse al síndrome de la mujer maltratada. Si bien hay un importante número de hombres golpeados, la gran mayoría de los casos se trata de personas de género femenino. Desde el punto de vista estadístico ocurre en todas las edades pero se destaca en primer lugar entre los 30 y 39 años, luego entre 20 y 29 años y más tarde entre 40 y 49 años, le sigue entre 15 y 19 años, para finalizar con las mayores de 50 años. Las mujeres casadas constituyen un 66% del total, el resto lo componen novias, ex parejas, conocidas, amantes, amigas, etc. La mayor vulnerabilidad femenina no solo se debe a causas físicas, también incide las mujeres suelen concentrar en la mayoría de los casos, la mayor carga y responsabilidad en la crianza de los hijos, además por diferentes cuestiones culturales condensan las tareas hogareñas y mantienen una mayor dependencia tanto económica como culturalmente de los hombres. Una mujer que abandona su vivienda se encuentra en mayor riesgo que un varón, pero debe tenerse en cuenta que las mujeres que dejan a sus abusadores tienen un 75% más de riesgo de ser asesinadas por el abusador que aquellas que se quedan conviviendo. El 25 de noviembre es la fecha instituida como el día internacional contra la violencia hacia la mujer, en homenaje a que en el año 1960 tres hermanas dominicanas fueran violadas y asesinadas.
¿Por qué estas situaciones continuan?En cuanto al punto de los motivos por lo que una relación continúa pueden pensarse dos corrientes básicas. La postura tradicional, que plantea que al vivir atemorizadas por represalias, los golpes, por la posible quita del sustento económico, las órdenes irracionales y los permanentes castigos, manifiestan un estado general de confusión y desorganización, llegando a sentirse ellas mismas culpables por la situación, y desconociendo así la educación patrialcal y machista que involucra a la mayor parte de las sociedades. Otra postura se plantea del mismo modo la condena a la educación típica donde las mujeres aparecen con un lugar desventajoso, pero se detiene también en los modos estructurales de relacionarse, los montajes de relaciones. No hay que confundir esta idea con un razonamiento contrario que diría que si una persona sostiene una relación se debería a que esta sería placentera. Es evidente que una mujer golpeada no siente placer alguno, pero si entran en juego componentes subjetivos tales que en la práctica validan relaciones no placenteras.
Violencia hacia los niñosEn el caso de los niños como en otros casos de violencia, también se da una relación de vulnerabilidad. Claramente los menores muestran inferiores recursos para defenderse de lo que lo haría un adulto. En este sentido el riesgo sería mayor porque se trata de un sujeto en constitución. Además se debe considerar el daño emocional y los efectos a corto y a largo plazo que provocan los maltratos. En ocasiones se trata de golpeadores que fueron maltratados en la propia infancia (56.7% del total de casos), al intervenir patrones de repetición de los modelos de crianza parentales en los diferentes tipos de castigo administrado a sus hijos, pero no ocurre de este modo necesariamente. Para esto habría que pensar las maneras de relacionarse subjetiva de las personas involucradas frente a la fantasía típica infantil de que un niño es pegado por un adulto, y las múltiples maneras de desarrollo posterior. También cabe considerar que muchos padres perciben como justos los castigos implementados, o perciben la desproporción del castigo ofrecido con la supuesta falta cometida pero se justifica de alguna manera (por la pobreza, por los nervios, etc.). Es considerable que los mismos adultos golpeadores suelen manifestar y percibir que han golpeado a sus hijos en muchas menos ocasiones de lo que realmente lo hacen. Si bién algunos de los adultos golpeadores suelen manifestar algún afecto posterior como arrepentimiento o lástima, en muchos casos se trata de padres que están a favor del castigo como medida disciplinaria y educativa. El castigo recibido por los adultos en la infancia suele guardar relación con el tipo de castigos físicos que se emplean para “corregir” a los hijos. Por lo general uno de los niños a cargo es más castigado. http:///www.clinicapsi.com/violencia%20familiar.html
Razones de violencia FamiliaresLa convivencia cotidiana es difícil, porque el natural egoísmo que todos tenemos, hace que cada uno pretenda refugiarse en su propio mundo para no tener enfrentar el ejercicio de un rol, que no está dispuesto a desempeñar. El que por alguna razón no logra o no puede evadirse o aislarse, se torna agresivo y hostil. Son los dos mecanismos que utilizan los animales frente a cualquier amenaza del medio que atente contra su integridad, la huida o la agresión. Los humanos supuestamente cuentan con mayores recursos para resolver sus problemas sin embargo no demuestran querer utilizarlos en sus momentos de crisis. Sabemos que cualquier relación se base en dos sentimientos básicos: el odio y el amor. Decimos que una relación es buena cuando predomina el amor y mala cuando predomina el odio; pero siempre existen los dos sentimientos en ambas. En toda relación, sin excepción, en algún momento surgirá una situación de conflicto que provocará en ambos o en uno de los integrantes un monto de hostilidad. Unos de los motivos del sufrimiento y también de las enfermedades son la idea de no conflicto y la creencia de poder modificar la conducta del otro. Somos capaces de enfermarnos gravemente para que nos presten atención y además creemos que somos los únicos que tienen esos problemas. Si partiéramos de la base que el otro siempre es inmodificable se podría cambiar no sólo la dinámica familiar sino también el mundo. Cuando la infelicidad golpea las puertas del hogar, los únicos que pueden transformar esta situación somos nosotros mismos. Solo cambiando uno se puede lograr cambiar al otro y también todo a nuestro alrededor. En un ambiente familiar conflictivo siempre existen necesidades insatisfechas que son la fuente de los problemas. La esposa necesita un marido de tiempo completo que participe de sus intereses. El marido quiere atención, pero a la vez que lo dejen tranquilo con su trabajo que por lo general asume en forma compulsiva. Por su parte, los hijos necesitan a un padre y a una madre disponibles. Todos viven en su pequeño mundo individual atentos a sus deseos y nadie participa del mundo del otro ni lo comprende, y de esa manera todo es sufrimiento. Esta actitud egocéntrica, suele estar encubierta con sobreprotección para aliviar la culpa. Los esposos pagan todas las cuentas, la madre no deja que falte nada, los chicos tienen demasiadas cosas superfluas que ocupan el lugar de los progenitores ausentes. En esta guerra familiar los hijos no tienen nada que perder, y son capaces de morirse de cualquier manera con tal de conseguir lo que necesitan. La agresión física es una forma desesperada de conectarse con los padres; porque una paliza puede ser desagradable y dolorosa pero satisface la necesidad básica de conexión. Las mujeres golpeadas, son un clásico familiar. Se niegan a mantener relaciones sexuales y el marido las golpea, generalmente en estado de ebriedad. Es un círculo vicioso que sólo termina con un asesinato o una separación. Siempre me he cuestionado esta forma de relación y es difícil elucidar si el estado de ebriedad se debe a los continuos rechazos o si los rechazos son por el estado de ebriedad. Lo cierto es que muchas mujeres golpeadas continúan siendo golpeadas aunque cambien de parejas. Estas situaciones exigen apoyo psicológico. Como los adultos suelen negar la necesidad de una atención psicoterapéutica, siempre recomiendo que en primer lugar lleven a los hijos. Es un comienzo que puede convencer a los padres a someterse ellos también a una psicoterapia. Si tan solo pudiéramos tomar conciencia de lo vulnerables que somos y que la vida puede terminar en un minuto, le daríamos menos importancia a nuestro mezquino mundo personal y más valor a nuestros seres queridos, que recién comenzamos a apreciar cuando se van o cuando mueren.
Solucion a este problemaLa cita será del 20 al 22 de noviembre y como en las anteriores convocatorias, “se trata de una iniciativa de proyección nacional que parte del Ayuntamiento de Elche y que surge de la necesidad de tratar el tema de la violencia familiar de una manera amplia y a la vez minuciosa”, aseguran desde Convívere. Los expertos y expertas abrirán un debate que permita seguir avanzando en la lucha contra cualquier tipo de malos tratos, formando y sensibilizando a todos los sectores implicados, siendo el principal objetivo proteger a las víctimas, sean mujeres, hombres, niños, ancianos o discapacitados. El III Foro Social por unas Relaciones Familiares Sin Violencia se plantea como una iniciativa con la que se pretende buscar soluciones a la violencia en las familias y hogares españoles, a través del debate y el diálogo, y valorar las acciones que se han realizado en las distintas disciplinas hasta el momento a la vez que se evalúan y plantean nuevas posibilidades de acción desde los distintos colectivos que conforman y rigen nuestra sociedad. En conversación mantenida con AmecoPress, la organización del foro explica que “se celebra cada dos años, y eso nos permite ver los avances que se han producido en ese tiempo gracias a la aplicación de leyes, disposiciones y programas, y observar también las carencias, para poder realizar un buen diagnóstico y proponer las medidas adecuadas para la intervención”.
Perspectivas diversasEl III Foro Social por unas Relaciones Familiares Sin Violencia abordará la violencia familiar desde distintos campos de estudio: psicológico, policial y judicial, institucional y medios de comunicación. Para cada uno de ellos contará con profesionales y especialistas directamente vinculados con esta problemática social. El aspecto psicológico será tratado, entre otros expertos y expertas, por el psicólogo, pedagogo y escritor, Bernabé Tierno, la psicóloga especialista en convivencia, Laura Rojas Marcos, la psicóloga responsable del Departamento de Igualdad de Elche Acoge, María Ballester, y el psicólogo y Presidente de la Sociedad Española de Psicología de la Violencia, Andrés Montero. También se aportará un tratamiento desde una perspectiva policial y judicial con la conferencia “La Fiscalía de Menores ante la violencia intrafamiliar”, impartida por la Fiscal Coordinadora de la Sección de Menores de la Audiencia Provincial de Valencia, Gema García Hernández, y a través de dos mesas redondas en las que se analizará la actuación de los cuerpos de seguridad en los casos de violencia doméstica y los aspectos jurídicos y judiciales. El planteamiento institucional vendrá de la mano de entidades como el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte, el SINDIC de Greuges, la Comisión de Igualdad de la FEMP, el Ministerio de Igualdad o la Secretaría de Estado contra la Violencia de Género y la de Política Social, entre otras. Se analizará el tratamiento de la violencia en los medios de comunicación gracias a la participación en el Foro de Pepa Bueno, directora y presentadora de los “Desayunos de TVE” y Javier Fernández Arribas, director de Servicios Informativos de Punto Radio. La conferencia de clausura será llevada a cabo por Rosa María Peris Cervera, Directora General del Instituto de la Mujer, Ministerio de Igualdad.

VIOLENCIA DE GENERO



La violencia de género (según la Ley Integral contra la violencia de género, 2004) se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión.
Recientemente está dejando de ser considerada un asunto privado y cobra la relevancia de un problema social que debe ser comprendido y prevenido.
Definimos el maltrato infantil (Centro Internacional de la Infancia de París) como cualquier acto por acción, omisión o trato negligente, de carácter no accidental, realizado por individuos, por instituciones o por la sociedad en su conjunto, y todos los efectos derivados de estos actos o de su ausencia que priven a los niños de su libertad o de sus derechos correspondientes y/o que dificulten su óptimo desarrollo.
Quiero incidir y resaltar que además de ser altamente probable que los niños sean también víctimas directas de violencia física o psicológica en situaciones de maltrato doméstico, los hijos de las mujeres maltratadas son receptores directos de la violencia contra sus madres, aunque ellos directamente no hayan recibido ni un solo golpe.
Vivenciar la angustia de la madre maltratada, su temor, inseguridad, tristeza, les produce una elevada inseguridad y confusión. Esa angustia se traduce en numerosos trastornos físicos, terrores nocturnos, enuresis, alteraciones del sueño, cansancio, problemas alimentarios, ansiedad, estrés, depresión…
La UNICEF señala que aunque no se les ponga la mano encima, presenciar o escuchar situaciones violentas tiene efectos psicológicos negativos en los hijos. Aunque no sean el objeto directo de las agresiones, padecen violencia psicológica, que es una forma de maltrato infantil y que la Convención Internacional de los Derechos del Niño -ratificada por España- considera una forma de maltrato infantil y la recoge en el artículo 19 como "violencia mental".
Los niños no son víctimas sólo porque sean testigos de la violencia entre sus padres, sino porque "viven en la violencia". Son víctimas de la violencia psicológica, a veces también física, y que crecen creyendo que la violencia es una pauta de relación normal entre adultos (Save the Children, ONG)
Pero lo peor, al estar en fase de crecimiento y desarrollo madurativo, conforman su personalidad en función de la violencia y la toman como modelo, interiorizando los roles de maltratador o maltratada. Interiorizan patrones de comportamiento violentos y no discriminan lo que es adecuado o está bien, de lo que es injustificable.En la mayoría de los casos la violencia se produce en etapas donde los niños maduran su desarrollo psicológico. Las agresiones de una figura primordial de referencia en su desarrollo (el padre) sobre el agente de socialización por excelencia (la madre). Los hijos de un maltratador crecen inmersos en el miedo. Ellos y ellas son candidatos al diagnóstico de toda la variedad de trastornos por estrés traumáticos, depresiones por desesperanza o de posibles trastornos de personalidad. Todo ello sin un solo golpe, sin un maltrato "directo". El ejercicio de la Violencia Doméstica siempre afecta a los niños, siempre, bien como receptores, bien como testigos.
Me dirijo en este caso a las madres, que como víctimas en ocasiones no pueden, y en otras no son conscientes de que sus hijos, aunque no sean directamente agredidos, sí lo están siendo de forma indirecta, sólo por el hecho de presenciar o vivir una situación de violencia en el ámbito familiar. Y los efectos de la violencia sobre los niños, de todas las edades, son terribles.A grosso modo, las consecuencias para estos niños de la violencia familiar son gravísimas, tanto a corto, como a largo plazo. De hecho, los trastornos y problemas psicológicos y sociales que presentan estos niños son similares a los que presentan sus madres como víctimas de violencia de género. Es decir, los niños en esta situación, insisto, también están siendo agredidos.
Es un mito, dentro de la violencia contra la mujer, que la conducta violenta del agresor a la mujer no es un riesgo para los hijos. Sin embargo, muchísimos estudios prueban que los hijos, sean víctimas directas o indirectas, padecen enormes consecuencias negativas, tanto para su desarrollo físico como psicológico, tanto efectos a corto como a largo plazo, afectando a sus emociones, pensamientos, valores, comportamiento, rendimiento escolar y adaptación social. Manifiestan conductas externas: agresivas, antisociales, desafiantes… e internalizadas: inhibición, miedo, baja autoestima, ansiedad, depresión, síntomas somáticos…
Efectos en los niños, víctimas o testigos, de la violencia de género
Las alteraciones detectadas en los niños/as afectan a diferentes áreas: física, emocional, cognitiva, conductual y social (Wolak, 1998):
Problemas físicos:
- Retraso en el crecimiento.- Dificultad o problemas en el sueño y en la alimentación.- Regresiones.- Menos habilidades motoras.- Síntomas psicosomáticos (eczemas, asma…).- Inapetencia, anorexia.
Problemas emocionales:
- Ansiedad.- Ira.- Depresión.- Aislamiento.- Baja autoestima.- Estrés post-traumático.
Problemas cognitivos:
- Retraso en el lenguaje.- Retraso del desarrollo.- Retraso escolar (rendimiento).
Problemas de conducta:
- Agresión.- Crueldad con animales.- Rabietas.- Desinhibiciones.- Inmadurez.- Novillos.- Delincuencia.- Déficit de atención-hiperactividad.- Toxodependencias.
Problemas sociales:
- Escasas habilidades sociales.- Introspección o retraimiento.- Rechazo.- Falta de empatía/Agresividad/Conducta desafiante.
Los factores que determinan el alcance del impacto de la violencia en los niños son, básicamente:
- Edad y nivel de desarrollo.- Género.- Tipo, severidad y tiempo de exposición a la violencia.- Contexto familiar.- Tipo de intervención social.- Acumulación de otros factores estresantes.
Transmisión generacional de la violencia. El modelo de aprendizaje
Existen efectos a más largo plazo que se producen en los niños expuestos a violencia en el contexto familiar. El más destacado es el modelo de aprendizaje de comportamientos violentos. Se ha estudiado que estos niños, de mayores, con más frecuencia y probabilidad maltratarán a sus parejas y que las niñas serán víctimas de violencia de género.
Los hijos de la violencia de género están viviendo de forma continuada y prolongada situaciones de violencia y abuso de poder, experiencias que les marcarán en su desarrollo, personalidad, comportamiento y valores en la edad adulta. Aprenden a entender el mundo y las relaciones de forma inadecuada. Tengamos en cuenta que la familia es el primer agente socializador y el más determinante para el desarrollo y la formación de modelos y roles.
Las relaciones familiares violentas influirán en el significado que el niño atribuya a las relaciones interpersonales, y más concretamente a las relaciones entre géneros, entre hombres y mujeres. Estos patrones violentos de comportamiento y relación se aplicarán a sus propias relaciones, desarrollando conductas sexistas, patriarcales y violentas.Algunos autores llegan a la conclusión de que los menores expuestos a violencia hacia su madre desarrollarán unas creencias y valores asociados a la violencia de género, tales como:
1) El hombre es el que manda en la familia; todos los demás deben obedecerle.2) Las mujeres son inferiores al hombre y no tienen los mismos derechos.
3) Si un hombre golpea a una mujer es porque se lo merece o porque ella lo provoca.
4) El pegar a las mujeres es normal, es frecuente y no tiene repercusiones.
5) Si quieres que te respeten tienes que ser violento.
No tienen opción a aprender estrategias más adecuadas de relación interpersonal, de solución de conflictos, flexibilidad, diálogo, respeto…
Evaluación de los menores víctimas de la violencia de género
- Debemos ser conscientes de las consecuencias negativas que sufren los niños víctimas directas de la violencia doméstica. Asumir que también son víctimas y pueden sufrir graves perjuicios en su desarrollo físico y emocional.
- Prevención/intervención inmediata desde los servicios sociales, psicológicos, sanitarios, educativos, fuerzas policiales, desde el ámbito jurídico, etc. A fin de detectar cuanto antes este problema. También las madres, los vecinos, la sociedad en general.
- A las madres, los psicólogos, profesores, profesionales de la salud, hacer un llamamiento para estar atentos a fin de determinar indicadores/síntomas/trastornos que puedan estar originados por la exposición a la violencia intrafamiliar. (Muchas madres acuden a consulta con diversa sintomatología psicológica sin ser conscientes de que es producida por el maltrato que sufren, a veces, incluso, "empujadas" por el sujeto maltratador, trasladándoles a ellas la culpa de su estado).
- Desde el contexto judicial, en cada situación que indique violencia contra la mujer y en el que haya niños inmersos se debería actuar lo más rápido y eficazmente posible para valorar la victimización infantil.
- En este contexto, la práctica pericial por profesionales, psicólogos adscritos al juzgado, sería la vía a seguir para la realización de una valoración psicológica forense de la existencia de violencia y las consecuencias de ésta en los menores, a fin de tomar medidas oportunas para su protección, reflejando el impacto de la violencia, física o psicológica sobre su salud física o psíquica. Estos informes serían una contribución añadida a las pruebas periciales.
- Atención a la victimización secundaria de las personas que sufren de violencia de género, mujeres y niños. Sufrimiento añadido, que a las víctimas, a los testigos y mayormente a los sujetos pasivos de un delito les infieren las instituciones más o menos directamente encargadas de hacer justicia: policías, jueces, peritos, abogados, fiscales, funcionarios… La victimización secundaria es la respuesta que da el sistema a una víctima, respuesta que la hace de nuevo revivir su papel de víctima, con el agravante que esta nueva victimización se da por parte de las instancias de las que ella espera ayuda y apoyo. Esta vez no es sólo víctima de un delito, sino de la incomprensión del sistema.
- El daño psíquico padecido por las víctimas de malos tratos, más la vulnerabilidad de tales víctimas, lleva a que sea fácil reforzar su victimización, que los hace "revivir" varias veces en una relación asistencial (biomédica, jurídica, psicológica, social, etc.), generadora de victimización secundaria, que victimiza a la víctima de nuevo al obligarla a contar la historia de su trauma por enésima vez, con el consiguiente riesgo de recaída en el daño o dolor padecidos.
- Se debería procurar evitarse que los procedimientos en que las víctimas o los testigos son niños sufran dilaciones innecesarias. El lenguaje y los aspectos formales deberían de tener en cuenta la edad y el desarrollo del menor. Los profesionales que intervienen han de tener experiencia y formación especializada acreditadas. Habría de evitarse que el menor tenga que declarar dos o más veces sobre los mismos hechos. Habría que evitar el enfrentamiento con el agresor, procurar la protección visual del menor, siempre que sea necesario, y preservar la intimidad del menor celebrando el juicio a puerta cerrada.
Si aquí hay madres que han sufrido malos tratos y profesionales implicados en estos asuntos, entenderán lo complicado que resulta a veces hacer entender en los procesos judiciales, la violencia sufrida por los niños.
Ejemplos, muchos y continuos. Siguen prevaleciendo, por desgracia, algunos mitos, como: 1) Si un hombre arremete contra la mujer, no influye en su relación con los niños y 2) la figura paterna es imprescindible para el correcto desarrollo de los menores. Yo haría una puntilla: siempre y cuando la relación del padre con sus hijos no los perjudique. En caso contrario, más vale no contar con la figura paterna, que tener una figura inadecuada y destructiva.
La importancia de una detección precoz del maltrato infantil
Antes de proceder a un repaso de estas herramientas del trabajo preventivo que constituyen los indicadores del maltrato infantil, debemos hacernos las siguientes reflexiones:
1. Los niños y niñas que sufren maltrato suelen presentar problemas en su proceso evolutivo, en los niveles emocional, cognitivo, conductual y social que les dificultan el desarrollo adecuado de su personalidad. De ahí la necesidad de la Prevención en este campo.
2. Considerada esta cascada de efectos negativos para el desarrollo personal de la persona menor maltratada, tiene mucha importancia el detectar cuanto antes el maltrato infantil.
3. La detección precoz del maltrato infantil puede realizarse mediante una lectura inteligente de indicadores del mismo.
4. Estos indicadores consisten en señales de alarma que "indican" una potencial situación de riesgo de maltrato.
5. Un uso adecuado de los indicadores debe tener en cuenta criterios como la frecuencia de las manifestaciones, así como el contexto, el modo, el dónde y el cuándo aparecen y la eventual "constelación" de los mismos.
6. Los indicadores apuntan a circunstancias de riesgo, no son factores determinantes del maltrato infantil. No son causa-efecto.
7. Desde estas reservas, podemos considerar algunos de los indicadores más corrientes en la evaluación precoz del maltrato infantil.
Indicadores en la víctima infantil
En la víctima infantil del maltrato pueden aparecer señales en distintos niveles:
1. Somático y fisiológico
- Cicatrices, hematomas, fracturas, magulladuras, cortes, quemaduras, raspaduras, marcas de mordeduras, etc.- Trastornos de la alimentación, de la vigilia y del sueño.- Descuido y suciedad corporales y de la vestimenta.- Dolores frecuentes y diversos.- Retrasos en el desarrollo físico, emocional, cognitivo y psicosocial.
2. Actitudinal y emocional
- Nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, recelo, vigilancia, aislamiento, hostilidad.- Cansancio, desmotivación, inapetencia y pasividad.- Fluctuaciones bruscas en el estado de ánimo.- Depresión, tristeza y baja autoestima.- Aversión al contacto físico o a la interacción social con personas adultas.
3. Conductual
- Absentismo escolar reiterado e injustificado.- Entrada temprana y salida tardía de la escuela.- Crisis repentina de rendimiento escolar.- Declaraciones reiteradas de que nadie se ocupa de mí.- Miedo de regresar a casa.- Afirmación de que le han maltratado.- Expresión pública de comportamiento sexual precoz.- Peleas y discusiones frecuentes.- Comportamiento agresivo, antisocial y destructivo.- Explosiones de llanto sin motivo aparente.
8. Intervención
Tres aspectos a tratar, principalmente, en los niños víctimas de violencia familiar:
- Emocional. Ofrecer al niño la posibilidad de ser escuchado y de hablar sobre sus sentimientos a fin de que se libere y normalice sus emociones.
Muchas madres no saben que la violencia que ellas han recibido afecta también a sus hijos.
Aclarar sus dudas, a madres e hijos, y disminuir su incertidumbre.
- Cognitivo. Ayudar al niño a reestructurar sus valores y creencias sobre la violencia.
- Conductual. Ayudarlo en la inseguridad que siente y percepción de falta de control sobre su vida. Manejar la asertividad, planes de actuación de protección, aprender a personalizar recursos y estrategias de afrontamiento y prevención. Enseñarle a manejar la tensión, y posibles conductas resistentes, desajustadas o agresivas.
A modo de conclusión
Así pues, a los hijos e hijas de las mujeres víctimas de la violencia de género los consideramos también víctimas, las víctimas invisibles y por ello necesitan la concienciación, la atención, el apoyo y protección tanto de sus madres y padres como de todos los profesionales inmersos o no en el contexto social-psicológico-sanitario-jurídico.
Destaco una cita de Lorente en su libro sobre violencia de género y suicidio: "Hay muchos ojos que no ven porque sus corazones y sus conciencias no quieren mirar".
Cuando estamos ante una mujer víctima de violencia de género, y es madre, debemos de tomar conciencia de que estamos ante más de una víctima.
Insistir en la victimización secundaria que es un fenómeno que ocurre cuando una víctima de violencia familiar recurre a alguna institución (comisaría, hospital, servicios sociales, juzgado, etc) o a algún profesional (médico, psicólogo, abogado) en busca de ayuda y dichas instituciones o profesionales, quizás poco informados acerca del problema e impregnados por los mitos acerca de la violencia doméstica, se conducen culpando a la víctima. Incurren así en conductas que en lugar de ayudar, convierten a la persona por segunda vez en víctima. Aquí también, la tarea de prevención informando y orientando a la comunidad ayudaría a evitar estas conductas.
Creo necesario insistir en campañas de sensibilización e información a nivel familiar, escolar y social sobre la problemática de la violencia familiar en todas sus modalidades y atendiendo a todas sus víctimas.
Ponencia expuesta en Alicante, el 2 de octubre de 2006 en las Jornadas informativas de violencia de género, organizadas por la Audiencia Provincial de Alicante y el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana

VIOLENCIA DE GENERO



Definición.
En ocasiones, las distintas denominaciones de los malos tratos lleva a confusión: Violencia de Género, Violencia Doméstica, de pareja, hacia las mujeres, masculina o sexista…
La violencia doméstica hace referencia a aquella que se produce dentro del hogar, tanto del marido a su esposa, como de la madre a sus hijos, del nieto al abuelo, etc. Excluye aquellas relaciones de pareja en las que no hay convivencia.
La violencia de género tiene que ver con “la violencia que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo”, e incluye tanto malos tratos de la pareja, como agresiones físicas o sexuales de extraños, mutilación genital, infanticidios femeninos, etc.
Algunas definiciones:
Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada (“Artículo 1 de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Naciones Unidas, 1994).
Susana Velázquez (2003) amplía la definición de violencia de género: Abarca todos los actos mediante los cuales se discrimina, ignora, somete y subordina a las mujeres en los diferentes aspectos de su existencia. Es todo ataque material y simbólico que afecta su libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad moral y/o física.
Tipos de violencia.
· Física. La violencia física es aquella que puede ser percibida objetivamente por otros, que más habitualmente deja huellas externas. Se refiere a empujones, mordiscos, patadas, puñetazos, etc, causados con las manos o algún objeto o arma. Es la más visible, y por tanto facilita la toma de conciencia de la víctima, pero también ha supuesto que sea la más comúnmente reconocida social y jurídicamente, en relación fundamentalmente con la violencia psicológica.
· Psicológica. La violencia psíquica aparece inevitablemente siempre que hay otro tipo de violencia. Supone amenazas, insultos, humillaciones, desprecio hacia la propia mujer, desvalorizando su trabajo, sus opiniones... Implica una manipulación en la que incluso la indiferencia o el silencio provocan en ella sentimientos de culpa e indefensión, incrementando el control y la dominación del agresor sobre la víctima, que es el objetivo último de la violencia de género.
· Dentro de esta categoría podrían incluirse otros tipos de violencia que llevan aparejado sufrimiento psicológico para la víctima, y utilizan las coacciones, amenazas y manipulaciones para lograr sus fines.
· Se trataría de la violencia “económica”, en la que el agresor hace lo posible por controlar el acceso de la víctima al dinero, tanto por impedirla trabajar de forma remunerada, como por obligarla a entregarle sus ingresos, haciendo él uso exclusivo de los mismos (llegando en muchos casos a dejar el agresor su empleo y gastar el sueldo de la víctima de forma irresponsable obligando a esta a solicitar ayuda económica a familiares o servicios sociales).
· También es habitual la violencia “social”, en la que el agresor limita los contactos sociales y familiares de su pareja, aislándola de su entorno y limitando así un apoyo social importantísimo en estos casos.
· Sexual. “Se ejerce mediante presiones físicas o psíquicas que pretenden imponer una relación sexual no deseada mediante coacción, intimidación o indefensión” (Alberdi y Matas, 2002). Aunque podría incluirse dentro del término de violencia física, se distingue de aquella en que el objeto es la libertad sexual de la mujer, no tanto su integridad física. Hasta no hace mucho, la legislación y los jueces no consideraban este tipo de agresiones como tales, si se producían dentro del matrimonio.
MITOS.
Habitualmente se justifica y se trata de dar explicación a este tipo de violencia atendiendo a:
Características personales del agresor (trastorno mental, adicciones), ·
Características de la víctima (masoquismo, o la propia naturaleza de la mujer, que “lo busca, le provoca, es manipuladora…”),
Circunstancias externas (estrés laboral, problemas económicos),
Los celos (“crimen pasional”),
La incapacidad del agresor para controlar sus impulsos, etc.
Además existe la creencia generalizada de que estas víctimas y sus agresores son parejas mal avenidas (“siempre estaban peleando y discutiendo”), de bajo nivel sociocultural y económico, inmigrantes… Es decir, diferentes a “nosotros”, por lo que “estamos a salvo”.
Aquellos hombres que son alcohólicos y maltratan a sus mujeres, sin embargo no tienen, en su gran mayoría, problemas o peleas con otros hombres, con su jefe o su casero. El estrés laboral o de cualquier tipo afecta realmente a mucha gente, hombres y mujeres, y no todos se vuelven violentos con su pareja.
En el fondo, estas justificaciones buscan reducir la responsabilidad y la culpa del agresor, además del compromiso que debería asumir toda la sociedad para prevenir y luchar contra este problema.
CICLO DE LA VIOLENCIA FÍSICA.
Lenore Walker definió el Ciclo de la violencia a partir de su trabajo con mujeres, y actualmente es el modelo más utilizado por las/los profesionales.
El ciclo comienza con una primera fase de Acumulación de la Tensión, en la que la víctima percibe claramente cómo el agresor va volviéndose más susceptible, respondiendo con más agresividad y encontrando motivos de conflicto en cada situación.
La segunda fase supone el Estallido de la Tensión, en la que la violencia finalmente explota, dando lugar a la agresión.
En la tercera fase, denominada de “Luna de Miel” o Arrepentimiento, el agresor pide disculpas a la víctima, le hace regalos y trata de mostrar su arrepentimiento. Esta fase va reduciéndose con el tiempo, siendo cada vez más breve y llegando a desaparecer. Este ciclo, en el que al castigo (agresión) le sigue la expresión de arrepentimiento que mantiene la ilusión del cambio, puede ayudar a explicar la continuidad de la relación por parte de la mujer en los primeros momentos de la misma.
Este ciclo pretende explicar la situación en la que se da violencia física, ya que la violencia psicológica no aparece de manera puntual, sino a lo largo de un proceso que pretende el sometimiento y control de la pareja.
CONSECUENCIAS PSICÓLOGICAS PARA LA MUJER MALTRATADA.
El síndrome de la mujer maltratada, definido por Walker y Dutton se define como una adaptación a la situación aversiva caracterizada por el incremento de la habilidad de la persona para afrontar los estímulos adversos y minimizar el dolor, además de presentar distorsiones cognitivas, como la minimización, negación o disociación; por el cambio en la forma de verse a sí mismas, a los demás y al mundo. También pueden desarrollar los síntomas del trastorno de estrés postraumático, sentimientos depresivos, de rabia, baja autoestima, culpa y rencor; y suelen presentar problemas somáticos, disfunciones sexuales, conductas adictivas y dificultades en sus relaciones personales.
Enrique Echeburúa y Paz del Corral equiparan estos efectos al trastorno de estrés postraumático, cuyos síntomas y características, sin duda, aparecen en algunas de estas mujeres: re-experimentación del suceso traumático, evitación de situaciones asociadas al maltrato y aumento de la activación. Estas mujeres tienen dificultades para dormir con pesadillas en las que reviven lo pasado, están continuamente alerta, hipervigilantes, irritables y con problemas de concentración.
Además, el alto nivel de ansiedad genera problemas de salud y alteraciones psicosomáticas, y pueden aparecer problemas depresivos importantes.
Desarrollo del síndrome de la mujer maltratada
Marie-France Hirigoyen diferencia entre dos fases en las consecuencias, las que se producen en la fase de dominio y a largo plazo.
En la primera fase, la mujer está confusa y desorientada, llegando a renunciar a su propia identidad y atribuyendo al agresor aspectos positivos que la ayudan a negar la realidad. Se encuentran agotadas por la falta de sentido que el agresor impone en su vida, sin poder comprender lo que sucede, solas y aisladas de su entorno familiar y social y en constante tensión ante cualquier respuesta agresiva de su pareja.
Marie-France Hirigoyen habla de consecuencias a largo plazo refiriéndose a las etapas por las que pasan las víctimas a partir del momento en que se dan cuenta del tipo de relación en la que están inmersas. Durante esta fase, las mujeres pasan un choque inicial en el que se sienten heridas, estafadas y avergonzadas, además de encontrarse apáticas, cansadas y sin interés por nada.
TRATAMIENTO
En muchas ocasiones es necesaria una intervención previa, que la mujer pase por un período de reflexión y quizá varios intentos de salir de esa relación violenta, con ayuda terapéutica o sin ella, hasta que tome la decisión definitiva. A partir de entonces, el apoyo psicológico se centrará en varios aspectos, valorando previamente las necesidades y demandas individuales de cada paciente.
Deberemos evaluar cuáles han sido las secuelas concretas que ha dejado la situación vivida en esa persona, y graduarlas para establecer un orden para el tratamiento.
Algunas de las intervenciones más habituales y básicas para su recuperación serían:
Información sobre la violencia de género, causas y origen, mitos, etc.
Reducción de la activación y la ansiedad en las formas en que se manifieste (insomnio, agorafobia, crisis de pánico, etc).
Fomento de la autonomía, tanto a un nivel puramente psicológico, a través de un cambio de ideas distorsionadas sobre sí misma y el mundo, como a nivel social, económico, etc, orientándola en la búsqueda de empleo, recuperando apoyos sociales y familiares,…
PREVENCIÓN
El principal camino para acabar con la violencia de género es la prevención. Esto incluye, por supuesto, un cambio global en la forma de ver las relaciones entre mujeres y hombres, un cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. Estos cambios deben partir de las personas adultas con el objetivo de que se transmitan eficazmente a niños y niñas.
Además, tu puedes prevenir y evitar implicarte en una relación que puede llegar a ser violenta:
· En primer lugar, detectar manipulaciones, aproximaciones no solicitadas, desconfiar de promesas que no tienen sentido en un momento de la relación, tener claro que decir que “no” a algo no es negociable, alejarse cuando esa persona que se te acerca tratando de hacerte ver que tenéis mucho en común o que le debes algo. Para todo esto es muy importante confiar en tu intuición, en las sensaciones de desasosiego que te producen. Cuando conoces a alguien le evalúas igualmente, valoras si esa persona encaja contigo; solo es importante que a partir de ahora incluyas también estos puntos si quieres prevenir encontrarte en una relación violenta. Valora sus ideas sexistas, cómo fueron sus relaciones anteriores (si rompió él o no, cómo habla de ellas…), etc.
· Además, valora tus propias ideas respecto al amor y la pareja, el papel de la mujer en la misma, a qué se debe renunciar por amor.., etc.
· Y ante todo, conociéndote a ti misma y teniendo claros tus valores. Si los valores de la otra persona entran en conflicto con los tuyos, debes saber reconocerlo y no aceptar en ningún caso renunciar a aquello que es importante para ti.
RECURSOS:
Instituto de la Mujer – www.mtas.es/mujer
Dirección General de la Mujer – http://www.madrid.org/
Instituto Andaluz de la Mujer – www.junta-andalucia.es/iam
Instituto Vasco de la Mujer – http://www.emakunde.es/
Instituto Canario de la Mujer – http://www.icmujer.org/
Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas – http://www.separadasydivorciadas.org/
Fundación Mujeres – http://www.fundacionmujeres.org/
Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres – http://www.malostratos.org/
Recursos en diferentes provincias españolas: http://www.malostratos.org/cindoc/140%20cindoc%20recursos.htm
RECURSOS EN LATINOAMÉRICA
Cuba: Federación de Mujeres Cubanas Paseo nº 260 ESQ. A 13 - Vedado, La Habana, Cuba - Tf: 537/31 15 82 -34 001 - Fax: 537/333 019 - 662-245 E-mail: mailto:%20fmccu@ceniai.cu Trabajan en áreas tales como: educación, salud, empleo, prevención social, medios de comunicación, promoción, investigaciones y documentación.
México
Taller de Reflexión sobre la Violencia en casa, de Cidhal: www.lanela.apc.org/cidral
Argentina:
Consejo Nacional de las Mujeres: www.cnm.gov.ar/recursos/rec04_01.htm
Venezuela:
- FUNDAMUJER (Fundacion para la Prevencion de la Violencia Domestica hacia la Mujer) Aptdo. Postal 63268 Chacaito 1067- A Caracas Venezuela Telefono/Fax: (02) 952 7664 e-mail:mailto:%20%20fundam@ven.net
- Oficina de Atencion a los Derechos de la Mujer de la Fiscalia General de la Republica. Esqns. Manduca a Ferrenquin Edif. Fiscalia General de la Republica. Piso 5 La Candelaria Caracas Telefonos: (02) 5063377 - 5-63378
Peru:
Ministerio de Promoción de la Mujer y del Desarrollo Humano. Línea de Emergencia ante la Violencia Familiar. www.promudeh.gob.pe/Gpm/AyudaAmiga.htm
Colombia :
Casa de la Mujer A.A. 36151 - Santafé de Bogotá, DC, Colombia E-mail: mailto:%20casmujer@colnodo.apc.org Entre sus objetivos principales está el de promover la transformación de la situación de la mujer mediante estímulos y acciones que posibiliten la toma de conciencia, la autoestima y el control sobre sus condiciones de vida.

cuando la violencia golpea a la mujer



La violencia de género se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión. Tipos de violencia. • Física. La violencia física es aquella que puede ser percibida objetivamente por otros, que más habitualmente deja huellas externas. Se refiere a empujones, mordiscos, patadas, puñetazos, etc, causados con las manos o algún objeto o arma. Es la más visible, y por tanto facilita la toma de conciencia de la víctima, pero también ha supuesto que sea la más comúnmente reconocida social y jurídicamente, en relación fundamentalmente con la violencia psicológica.



Psicológica. La violencia psíquica aparece inevitablemente siempre que hay otro tipo de violencia. Supone amenazas, insultos, humillaciones, desprecio hacia la propia mujer, desvalorizando su trabajo, sus opiniones... Implica una manipulación en la que incluso la indiferencia o el silencio provocan en ella sentimientos de culpa e indefensión, incrementando el control y la dominación del agresor sobre la víctima, que es el objetivo último de la violencia de género.



Dentro de esta categoría podrían incluirse otros tipos de violencia que llevan aparejado sufrimiento psicológico para la víctima, y utilizan las coacciones, amenazas y manipulaciones para lograr sus fines. • Se trataría de la violencia “económica”, en la que el agresor hace lo posible por controlar el acceso de la víctima al dinero, tanto por impedirla trabajar de forma remunerada, como por obligarla a entregarle sus ingresos, haciendo él uso exclusivo de los mismos (llegando en muchos casos a dejar el agresor su empleo y gastar el sueldo de la víctima de forma irresponsable obligando a esta a solicitar ayuda económica a familiares o servicios sociales).



• También es habitual la violencia “social”, en la que el agresor limita los contactos sociales y familiares de su pareja, aislándola de su entorno y limitando así un apoyo social importantísimo en estos casos.



• Sexual. “Se ejerce mediante presiones físicas o psíquicas que pretenden imponer una relación sexual no deseada mediante coacción, intimidación o indefensión” (Alberdi y Matas, 2002). Aunque podría incluirse dentro del término de violencia física, se distingue de aquella en que el objeto es la libertad sexual de la mujer, no tanto su integridad física. Hasta no hace mucho, la legislación y los jueces no consideraban este tipo de agresiones como tales, si se producían dentro del matrimonio.

mensaje que transmite el agresor



El agresor en la violencia familiar Cual es el mensaje que quiere transmitir, quien ejerce la violencia familiar?
La persona que maltrata, tiene un concepto de sí mismo, o una autoestima muy baja.
Que está relacionada con carencias afectivas, emocionales e incluso maltrato durante su infancia y crecimiento.
Su necesidad de no sentirse inferior, lo lleva a maltratar física o psicológicamente a su pareja, por que es la única manera en la cual se siente superior.Es decir cumple la dinámica que es superior sí y solo sí, su pareja, es menos que él, con lo que también menoscaba la autoestima de ella.
Por lo tanto, el mensaje que desea transmitir a los demás tanto como a sí mismo es de superioridad, de grandeza, de poderío.
Esto es un mecanismo inconsciente, pero hará todos sus esfuerzos, para protegerse de sus sentimientos de inferioridad, detrás de la coraza de la agresividad y el maltrato.
Es debido a que el proceso por el cual se da la dinámica de la agresión es inconsciente y aprendido, que la persona necesita ayuda profesional, para salir de este círculo vicioso, donde los hijos aprenden estos patrones que repetidamente ven en sus casas e incluso los llevan a sus futuras relaciones de pareja
Los mecanismos, por el cual el otro miembro de la pareja permite el maltrato, son también inconscientes, es por ello
que es de vital importancia que la ayuda sea profesional y a tiempo.
Hágalo por ud, por su pareja y sus hijos la situación puede cambiar, los problemas no se evaporan, ni se esfuman solos, es necesario entender y aceptar que se necesita ayuda y buscarla.
La actitud, de medir cada palabra y cada acción,Así como de evitar por todos los medios una nueva explosión de ira, no es lo que ha ayudado hasta el momento, pues de hecho las explosiones de ira son por un lado, en el momento menos pensado, y por el otro tal actitud, parece ser que no ha sido la solución apropiada, generando solamente un clima tenso, de insatisfacción, de falta de sosiego y tranquilidad.
Cuando nuestro agresor se arrepiente y decide cambiar, por más que lo intenta, y por más que haga promesas, y tenga la voluntad de hacerlo, no puede, por que los mecanismos que lo mueven son inconscientes y están arraigados en el fondo de su personalidad.
Hay que reconocer que se tiene un problema, afrontarlo y buscar la ayuda apropiada, esa es la única manera de solucionar los propios conflictos internos y tener una mejor y más adecuada vida de pareja y de familia.

personalidad del maltratado



La personalidad de quien es maltratado
También en su caso, nos encontramos con una persona que por su medio social y educativo, tiene una baja autoestima, y muy inconscientemente por decirlo de alguna manera una necesidad de castigo, un pensamiento a este nivel de que ella merece esto que le pasa, o que es ella la culpable de que su marido la agreda.Un miedo a la soledad, y un sentimiento como si estar sola o sin pareja fuese igual al fracaso.
Sumado a un miedo al abandono, miedo a que su marido la abandone, bien sea por situaciones similares vividas durante la niñez o simplemente por los patrones educativos vividos durante la infancia y adolescencia.
Donde en muchos casos, se acentúa por que se ha sido educada bajo los modelos patriarcales y machistas donde la mujer para ser buena esposa debe ser sumisa al hombre.
Puede que actualmente el divorcio de las parejas sea visto como algo normal y común cuando las cosas no funcionan, pero en algunas mujeres su educación y sus niveles de querer cumplir con los patrones anteriores de educación, donde estar divorciada era visto como un sinónimo de fracaso o de no poder mantener una relación con su pareja o nuevamente de abandono, la hacen aceptar niveles de sumisión, que no siempre son los más sanos.
Los años y la convivencia van de alguna manera haciendo lo suyo, y por mucho que el agresor la minimice, la someta y la haga sentir inferior, toda esta agresión tiene como en el caso anterior que irse para algún lado.
Entonces nos encontramos con una persona triste o deprimida, con una cuota muy grande de agresividad, que luego descargará contra sí misma o contra un tercero como en el caso de los hijos.
Su estado de ánimo se caracteriza por la tristeza, la melancolía y depresión que están ligados a la insatisfacción y a la necesidad de comentarios de aprobación de su pareja, que no solo no llegan sino que son completamente opuestos, con lo cual el sentimiento de tristeza es aún mayor, su comunicación es llena de quejas, y de chantajes emocionales hacia los otros miembros de su familia, y una dependencia tal hacia su agresor que incluso llega a defenderlo si es necesario ante otras personas.
Incluso tales esperanzas de aprobación son puestas en manos de los hijos, quienes por diferentes motivos no pueden asumir el papel de "esposo cariñoso", o "del esposo ideal" y en su impedimento para llenar tales expectativas, solo se recrudece el círculo, y ella se siente más abandona y sola, sin nadie que la pueda satisfacer ni consolar.
Ella sigue en esta relación por los frecuentes "lavados de cerebro" que le hace su pareja, donde le manifiesta una y otra vez, que es la culpable, y que es ella la que lo hace hacerle eso, o que no vale nada o que sin él es nadie.que ella se termina creyendo el cuento.
Hasta el punto que cree que no tiene alternativas mejores, soporta continuamente situaciones agresivas, que genera en ella una alta tolerancia a la violencia, y a tal punto se cree el cuento que es ella misma la que busca las justificaciones y se siente culpable de los comportamientos agresivos de su pareja.
Siempre hay una justificación que resulta ser apropiada.Las tensiones del trabajo, los niños, las preocupaciones, la situación laboral, la situación económica, las cosas que pasan en la casa o cualquier cosa que sirva para darle la razón de su comportamiento agresivo.
Los hijos son incluso incitados a que lo "comprendan", y de alguna manera quizás a nivel inconsciente por parte de la mujer, Se les pide que tomen partido, pero una vez lo hacen, y se ponen a la defensiva, entonces la mujer como se mencionó anteriormente defiende a su marido, y en muchos casos objeta la posición que ellos tomaron o la opinión.
Con lo que ella nuevamente se siente incomprendida y sola.
El agresor debe controlar su víctima, de esta manera estar por encima de ella, así que lo primero que hará será alejarla de sus familiares y de sus amigos.
No soporta ni tolera los sentimientos de debilidad de su pareja, esto lo saca de control, pero de alguna manera no es sino la proyección de sus propios sentimientos de debilidad que no puede expresar, entonces tenemos una dinámica de doble juego, donde no soporta lo que expresa pero la necesita como una proyección de su interior que no reconoce ni mucho menos acepta.
Es un doble juego donde el, aunque no sea a nivel consciente la necesita, como medio de expresión de sus sentimientos y ella cree que lo necesita, para no ser abandonada, y cumplir con sus necesidades inconscientes como ya he expuesto.
Dicho de alguna otra manera, perpetúan la relación por que se necesitan el uno al otro, para expresar sus necesidades, aunque no estén satisfechos, ni sean conscientes de ello.El agresor quiere a su victima " a su manera", pese a los sentimientos de agresión que le desencadena, no puede tolerar vivir sin ella, por eso sigue con ella.
A tal punto que muchas veces lo que sostiene la relación es esta dinámica, pues es lo que los une, paradójicamente una necesidad de suplir sus carencias y afectos, que no son de ninguna manera satisfactorios ni establecen una relación de pareja ni de familia saludable y ni armoniosa.

violencia Sexual



Violencia sexual
La violencia y el maltrato no solo es físico, existen también la violencia psicológica y la violencia sexual.
Por violencia sexual entenderemos el contacto sexual no deseado, donde la mujer es poseída sin su consentimiento y acuerdo, y es hecho por la fuerza, donde ella no puede expresar que no desea tener relaciones en el momento y donde es tratada como un objeto, por que ella debe complacer a su marido, y cumplir con sus funciones de esposa."pues para eso esta"
Algunas parejas utilizan como medio de reconciliación el sexo, después de peleas fuertes donde puede o no estar involucradaLa agresión física, e incluso describen episodios y grandes noches pasionales.
Independientemente a que sea del agrado de la pareja y encuentren satisfacciones en ello, a nivel sexual, no es la forma de arreglar los problemas, es como una olla a presión, que en el momento menos pensado estallará por que el motivo o la causa fundamental del desacuerdo o la incomprensión persiste a la gran noche pasional.
Así que mi recomendación es que después de ello se debe tratar de volver sobre la causa del conflicto y solucionarlo.
Es como aquel que toma para ahogar sus penas, pero las penas flotan

Los hijos en las relaciones conflictivas



Los hijos en las relaciones conflictivas también salen dañados, no es grato ver a los padres en un ambiente agresivo, de guerra a toda hora y por el otro lado es el ambiente en que vivieron y lo consideran normal, así debe ser, entonces repiten una y otra vez este tipo de relaciones con sus parejas.
La cadena solo se rompe, en el caso de que los hijos puedan darse cuenta de que la relación de sus padres no es la ideal y quieran generar un ambiente sano para su relación de pareja y sus hijos, empleando los patrones aprendidos solamente para hacer lo contrario a ellos. Buscando relaciones saludables, enriquecedoras y satisfactorias.
Pero esto solo se logra con plena conciencia y con el deseo de no perpetuarla y no ser un eslabón más en la cadena aprendida.
Cuando el ambiente en que crecen los hijos es poco saludable, y agresivo, pues tendremos hijos que aprenderán estos comportamientos y los automatizarán en sus vidas, incluso con el pensamiento que eso es lo normal, que así deben ser los matrimonios.
Y como lo expuse anteriormente, tienden a ser foco de las agresiones reprimidas de uno o ambos padres.
Donde el gran afectado es exactamente la autoestima de los hijos, crecen con sentimientos de minusvalía, de falta de amor y de apego, y en muchos casos en medio del chantaje o manipulación emocional, de la culpa por no poder llenar las satisfacciones emocionales que uno o ambos padres, que no pueden llenarlos con sus respectivas parejas.
Las relaciones se tornan agresivas, poco tolerantes y poco comprensivas, los patrones se repiten una y otra vez, los hijos crecen en este ambiente de agresión y tensión que muchas veces no entienden, pero son parte del rodaje de la cadena, en un medio tenso difícil, y vicioso que puede llegar a afectar su comportamiento a nivel escolar o social.

maltrato y violencia



Es necesario tener en cuenta que las conductas en los seres humanos son aprendidas, aprendemos lo que es adecuado o no para nuestra familia o sociedad, y de esta manera, también aprendemos los comportamientos agresivos o de dependencia, por lo cual no es una cosa innata, ni corresponde a la esencia misma del hombre, es simplemente un patrón que hemos aprendido, por cuestiones de nuestro entorno familiar, quizás por el tradicional método patriarcal, donde la mujer debía ser buena esposa y complacer al marido.
Si analizamos el hecho de que no es innato sino aprendido, lo cual quiere decir que puede ser sujeto a un cambio.
La violencia no desaparecerá por si sola o por arte de magia, cuando se soportan calladamente las relaciones agresivas, con la idea de que nadie se entere, o que en algún momento esto cambiará no solo no desaparecerá sino que la tensión y el ambiente vicioso recrudece la agresión.
La violencia puede ser desatada por cualquier cosa, cualquier motivo de fricción puede ser una causa suficiente para desatar un comportamiento agresivo y ella siempre tendrá la culpa de todo lo que pasa, por que él la culpa y por que ella asume la culpa.
Cuando esta relación llega a su tope y por cualquier motivo, la mujer se cansa y decide buscar ayuda no siempre encuentra las personas adecuadas para resolver sus conflictos, por lo cual es incomprendida, rechazada, aislada y sola con sus dificultades Y sus problemas.
Y más aún cuando se han preocupado de mostrar otra cara, una doble vida matrimonial, frente a los amigos y familiares, la falta de ayuda y la incomprensión son mucho mayores.
Cuando la violencia es psicológica, no sabe incluso expresar muy bien lo que le pasa, cual es el problema y cuales son sus motivos de tristeza y de depresión.
Y si le sumamos el hecho de que el agresor la ha aislado de su familia y sus amigos, la sensación de soledad es más fuerte aún
El entorno no la apoya, como debiera, además se encuentra con todo tipo de situaciones donde termina nuevamente justificando los hechos y pensando que en todos los matrimonios hay dificultades y problemas y que todos los matrimonios son así.
Pero no todas las relaciones son así, no todos vivimos relaciones agresivas en nuestro entorno, así que si ud, se encuentra en una situación como esta, busque la ayuda adecuada.
Busque un profesional que la pueda orientar, no traslade sus problemas a otro sitio, resuélvalos para que pueda mejorar su actual vida de pareja o establecer una nueva donde ud, por su personalidad y autoestima termine nuevamente jugando al papel de víctima y repitiendo nuevamente las mismas experiencias que la llevarán una y otra vez a las mismas cosas, pero logrando un mayor deterioro de su personalidad y de su forma de ser.

Vives con el enemigo?



Cuantas mujeres tienen este sentimiento. Apoyado incluso por una sociedad machista donde el hombre tiene "todos los derechos" y la mujer "todas las obligaciones" Donde ella se siente controlada, y sin derecho a la libertad, casi como un pájaro en una jaula, sin tener mucho donde ir y sin recursos físicos ni psicológicos para hacerlo.
Puesto que él se ha encargado poco a poco, de que sea así. Su posición de traer la plata a casa le da derecho a todo, y de encima se queja por que ella, su víctima, ya no se muestra contenta ni feliz, ni mucho menos cariñosa.
Pero como puede serlo si el se ha encargado de minimizarla, de llevarla hasta su mínima expresión, sus intentos de control, y sus burlas cínicas, buscando en sus amigos e incluso a veces a sus hijos como aliados, la han llevado cada vez a sentirse más y más triste, cada vez más subyugada y a participar de un circulo vicioso, que como tal no le ve salida.
Donde el se convierte en el agresor y ella en la víctima
Y la dinámica se convierte primero hay un acumule continuo de tensión, por que cualquier comentario puede ser tomado por el agresor como una ofensa personal, que por su baja autoestima no está dispuesto a aceptar, este se sigue por una descarga de dichas tensiones que puede llegar a los insultos, a los gritos y hasta al maltrato físico, luego de esto viene la etapa de reconciliación, donde el agresor, obviamente culpa a la víctima de sus agresiones
"es por tu mal comportamiento que esto ocurre" "tu me haces hacerte esto"
Luego una aparente luna de miel, donde le agresor se muestra cariñoso y afable y donde tristemente se da la sensación a la víctima, que las cosas pueden cambiar, y estar bien. Son estas esperanzas las que mantienen a la mujer, que desea con toda su alma que siempre todo este como ahora.
Esta etapa puede durar algunos días o meses incluso, dando la sensación de que todo acabo, pero en el momento menos inesperado el acumule de tensiones volverá nuevamente a presentarse llegando nuevamente a la explosión de ira o violencia
Por más que ella aguante y aguante para que las cosas mejoren Esto no pasará, la violencia hay que tratarla, no desaparece por si sola ni por arte de magia
Como mencione en artículos anteriores quien maltrata, necesita la compañía del otro, es la única forma que tiene para mostrase a sí mismo cuanto vale.
El hombre es rey cuando hace de su mujer una reina

Cuándo soy maltratada?



Soy maltratada cuando
Cuando siento perseguida o vigiladaCuando se me impide trabajarCuando se me impide estudiar o superarmeCuando se me limita el control de mi vida, Cuando mi pareja quiere controlarmeCuando me siento invadida en mi intimidad y en mi vidaCuando no tengo derecho a tener mis gustos y mis actividadesCuando se me impide tener amigos y se me aleja de ellosCuando se me impide descansarCuando se me limitan mis horas de descansoCuando siento que no tengo libertadCuando me siento como enjaulada en mi propia casaCuando me hacen sentir inferior o me humillan constantementeCuando me hablan con palabras ofensivas y desobligantesCuando no tengo derecho a opinar sobre las cosas de la familiaCuando constantemente me siento insegura todo el tiempoCuando me siento pisando sobre cáscaras de huevoCuando todo el tiempo estoy cediendo para evitar que se enojeCuando me siento que soy la que ocasiono que me trate de malCuando siento amor y odio reprimido hacia elCuando estoy triste y deprimida todo el tiempo y sin causa aparente